La
naturaleza siempre nos sorprende. Con esta frase podríamos resumir un día
normal en el que desde bien temprano la intención era encontrar alguna colonia
de abejarucos donde poder instalar nuestro hide. Y la verdad de abejarucos
poco, pero disfrutamos de un gran día!
Esta
vez nuestro destino era el pueblo de Tenebrón, situado a poco más de 10 Km. de
Ciudad Rodrigo, visitamos el riachuelo Tenebrilla y sus alrededores, por esta
zona, hacia la zona de la Sierra de Francia, con la ganancia en altura ya aparecen
los primeros robles rebollos.
En
las cercanías de la carretera en un cable de teléfono descansaba un mochuelo,
al cual desde una distancia prudencial le pudimos tomar algunas fotografías.
Mochuelo (Athene noctua) sobre cable.
Otra del mochuelo
Una más del mochuelo, esta observándonos
A continuación nos fuimos fijando en la vegetación,
la cual está representada por una mezcla de quercíneas, principalmente encina y
rebollo. Con matorral como escobas, retamas, rosales silvestres o tomillo
salsero.
Tomillo
salsero (Thymus zygis)
De
resaltar es las plagas que estaban proliferando sobre los rebollos,
principalmente defoliadores de quercíneas como la lagarta rayada o el piral del
roble y encina.
Oruga de lagarta rayada (Malacosoma neustria)
Oruga del piral del roble y la encina (Tortrix viridana)
Daños de los defoliadores. Hoja enroscada en ocasines si se está desarrollando la oruga.
Todo
esto mientras nos fijábamos en las diferentes zonas que nos rodeaban por si
podíamos localizar alguna colonia de abejaruco, a la vez seguíamos observando
la flora y la fauna que nos rodeaba, principalmente avifauna como milano negro,
águila calzada, alcaudones, trigueros y otras aves.
Jilguero (Carduelis carduelis) sobre rebollo brotando
Al
fin observámos la única colonia, estaba seguida, aunque no demasiado y
solamente poseía tres agujeros.
Nidos de abejarucos (Merops apiaster)
En
cuanto a abejarucos fue todo lo que observamos, pero como siempre cuando uno
sale al campo surgen sorpresas, ya de vuelta al coche a José A. le llamó la
atención un sonido que salió de la parte baja de un roble. En efecto, vimos
caer a la cuneta del camino un alcaudón común con algo en el pico. Era una lagartija,
parecía la colilarga, impresionantes los segundos que nos ofreció. Al final
levantó ligeramente el vuelo hasta la parte baja de otro rebollo, nosotros
estábamos convencidos de que con momentos así, el madrugón había merecido la
pena.
Alcaudón común (Lanius senator) con lagartija
Alcaudón común, se observa mejor la lagartija que parece ser colilarga (Psammodromus algirus)
Alcaudón común llevándose la lagartija.
Esta vez esto es todo, esperamos que os guste. Hay que ver lo que algunas veces nos reserva la naturaleza.
Saludos y hasta pronto.
5 comentarios:
vaya momento el del alcaudón!me ha encnatado
saludos
bonito momento y como tu bien dices...SORPRENDENTE!!!!
Eso es lo bonito de la naturaleza, que siempre nos sorprende.
Nunca nos vamos de vacío a casa, cuando salimos al campo.
Y, muchas veces sucede lo que nos relatáis... vas por algo y vuelves con lo otro.
En vuestro caso, por cierto, muy reconfortante.
Un saludo de 'Ojolince y sra.' desde Pucela.
Bonita escena. La verdad es que los Alcaudones comunes cuando se posan encima de la carrasca o del espino rodeados de campo abierto saben muy bien lo que hacen.
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